"Si has de abandonarme, no lo hagas en domingo, no lo resistiría." (Marcela Serrano, Nosotras que nos queremos tanto)
Siempre he pensado que domingo en inglés es puro sarcasmo. Los domingos no tienen nada de días soleados. Son días grises, de tardes largas, que se deslizan lento cuesta abajo por la pendiente de la semana que acaba o empieza. Son días en que la luz tiene un tono extraño, un clima enrarecido, y el ánimo se le esconde a uno debajo de las almohadas para no recibir a las visitas.
Son días solitarios, al menos para mí. Pero solitarios no es la palabra exacta. Desolados, quizás. Días de paredes calladas y encierros anónimos. Días como el día en que te fuiste y me dejaste sola con todo este silencio.
Son días solitarios, al menos para mí. Pero solitarios no es la palabra exacta. Desolados, quizás. Días de paredes calladas y encierros anónimos. Días como el día en que te fuiste y me dejaste sola con todo este silencio.
(La foto es de Greetcha)
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